¿Cómo gestionar un ataque de ansiedad?

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Los ataques de ansiedad pueden resultar abrumadores, tanto para quien los experimenta como para quienes están cerca. Muchas personas que conviven con la ansiedad, con el apoyo adecuado, logran recuperar su bienestar emocional.

En este post quiero ofrecerte una guía clara: cómo reconocer un ataque de ansiedad, cómo diferenciarlo de un ataque de pánico, y qué hacer —tanto si lo estás viviendo tú, como si estás acompañando a alguien que lo sufre.

¿Qué es un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad es una respuesta intensa del cuerpo y la mente ante una situación que se percibe como amenazante, aunque no exista un peligro real e inminente. Suele estar acompañado de síntomas como:

  • Palpitaciones
  • Opresión en el pecho
  • Sensación de ahogo o dificultad para respirar
  • Mareo o inestabilidad
  • Tensión muscular
  • Miedo intenso o sensación de «no poder más»

Estos síntomas pueden aparecer de forma progresiva, y muchas veces se relacionan con situaciones concretas (exámenes, trabajo, relaciones, etc.).

¿Y un ataque de pánico?

Aunque a veces se usan como sinónimos, no son exactamente lo mismo. Un ataque de pánico:

  • Suele aparecer de forma súbita y sin un desencadenante claro.
  • Alcanza su pico máximo de intensidad en pocos minutos.
  • Puede incluir sensación de desrealización (sentir que lo que ocurre no es real) o despersonalización (sentirse desconectado de uno mismo).
  • Asusta mucho porque se percibe como si fueras a morir o hubieras perdido el control sobre ti.

La diferencia con el ataque de ansiedad se centra en la intensidad, la duración y la falta de un contexto claro.

¿Qué puedo hacer si estoy teniendo un ataque de ansiedad?

Aquí algunas pautas que puedes aplicar en el momento:

 

  1. Reconoce lo que está pasando

Recuérdate que estás teniendo un ataque de ansiedad. No es peligroso, aunque lo sientas como tal. Pasará.

  • «Esto es ansiedad. No me estoy volviendo loco/a, no me voy a morir. Va a pasar.»

 

  1. Respira con conciencia

Una de las herramientas más efectivas es la respiración diafragmática:

  • Inhala por la nariz contando hasta 3.
  • Retén el aire 3 segundos.
  • Exhala lentamente por la boca contando hasta 6.
  • Repite durante varios minutos.

Esto ayuda a relajar el sistema nervioso parasimpático y reducir la respuesta de alarma.

 

🎁Aquí te facilito un vídeo muy didactivo y visual donde poder entrenar en el día a día tu respiración para que en momentos de estrés puedas rebajar tu activación fisiologica y llegar a evitar un ataque de ansiedad o de pánico.

 

  1. Conéctate con el presente

Ancla tu atención en el aquí y ahora. Puedes probar la técnica 5-4-3-2-1:

  • 5 cosas que puedes ver
  • 4 que puedes tocar
  • 3 que puedes oír
  • 2 que puedes oler
  • 1 que puedes saborear

Este ejercicio sensorial te ayuda a salir del bucle de pensamientos catastróficos y estar en el mundo presente, lo cual ayuda a tomar distancia y volver a la calma.

  1. Es temporal

Si puedes, muévete o cambia de entorno.

  • Caminar, estirarte o simplemente cambiar de habitación puede ayudarte a cortar el ciclo de ansiedad.
  • Si no fuera posible, ten en cuenta que las emociones son temporales (10-15 minutos) y que fisiologicamente no pueden durar eternamente.

Teniendo esto en cuenta puedes tratar de hablarte con compasión y decirte a ti misma/o mensajes de tranquilidad que te ayudn a atravesar la crisis de mejor manera. La situación pasará y volverás a recuperar el control.

¿Qué puede hacer alguien que está cerca?

Si estás con una persona que está teniendo un ataque de ansiedad, esto puede ayudar:

  • Mantén la calma tú también. Tu serenidad puede ayudarle a sentirse más seguro/a.
  • Hazle saber que estás ahí, sin minimizar su experiencia:
    «Estoy contigo. Esto va a pasar. Respira conmigo.»
  • Guíale en la respiración o en alguna técnica de anclaje, es decir, conectar con el aquí y el ahora dándole tu mano o respirando en sincronización con ella/él.
  • Evita frases como “no es para tanto” o “tranquilízate”, ya que pueden aumentar la frustración o la percepción de no control.
  • Pregunta qué necesita: a veces solo quieren compañía silenciosa, otras veces prefieren que se les hable de forma pausada.

A largo plazo: buscar ayuda profesional

Tener ansiedad ocasional es normal, pero si los ataques son frecuentes o limitan tu vida diaria, es recomendable buscar apoyo psicológico. Aprender a identificar los detonantes, trabajar el manejo emocional y desarrollar herramientas de regulación es parte del proceso terapéutico.

Tanto si eres quien vive la ansiedad como si estás acompañando a alguien que la sufre, recuerda que la comprensión, la presencia y las herramientas adecuadas marcan la diferencia. No estás solo/a. Aprender a gestionar la ansiedad es posible, y buscar ayuda no es signo de debilidad, sino de valentía.

 

P.D. Si quieres trabajar tu ansiedad de manera profesional, te ofrezco acompañamiento psicológico en consulta en Bilbao y también online. Puedes contactarme para una primera sesión informativa sin compromiso.

 

Laura Suero, Psicóloga Sanitaria. Colón de Larreategui, 41, 1ºizq 48009 Bilbao
Bilbao | Atención a adolescentes, adultos, familias y parejas.

«La ansiedad no nos vacía del sufrimiento del mañana, sino que nos vacía de la fuerza del hoy.» — Carl Gustav Jung

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